Visitá también mi otro Blog:

http://libelulasenlalluvia.blog.arnet.com.ar

Pasaba la mayor parte del tiempo mirándose al espejo: el mismo rostro, la misma mirada, siempre la misma…Quería cambiar, deseaba sufrir alguna especie de metamorfosis que la despojara de lo que solía ser… Ser otra, otra cara, otro cuerpo, pero lo más importante: otra mente, otro corazón, otro alma… Durante un largo tiempo había creído que el tener esos pensamientos la convertía en un ser extraño, frío y desagradable.Su mente, siempre inquieta: infinidad de pensamientos deambulaban por allí y abrían puertas, al hacerlo, encontraba su verdadera naturaleza, sus miedos, sus fantasmas y cierta oscuridad. Era prisionera de su mente, hasta que su alma quedó en otra cárcel peor que la de un simple cuerpo.Todos los días se reflejaba ante el espejo y hablaba con ella misma, pero oía solo lo que deseaba oír. Existía cierta barrera que separaba una realidad de otra realidad.Y golpeó el espejo, como queriendo abrir una puerta.- ¡Deja de golpear el madito espejo! – gritaron unos seres. Ella lo hacía para poder recapacitar.Un día logró su objetivo: había cambiado en algunos aspectos. Ahora era realmente malvada y reía como demente frente al espejo.- Sos patética- dijo mientras se reflejaba.- ¿Nosotras somos patéticas?- respondió una.- No, solo vos- dijo la otraNo comprendía lo que pasaba. Se tomó la cabeza y agarró una silla, dijo que iba a romper el espejo. Los seres que la rodeaban le dijeron que era inútil, que nunca podría destruirlo estando de ese lado.- No eres la verdadera- agregaron segundos más tarde…Ella permaneció meditabunda ¿En qué parte del espejo se encontraba?- ¡¿Por qué no se callan?! – gritó enojada.- ¿Sabes? Hay criaturas por todos lados, pero no todos pueden verlas. Nosotros no nos reflejamos en los espejos. Ni estando adentro o afuera de los mismos- le dijo un ser extraño, poco visible.Volvió a tomarse con fuerza la cabeza, tanto presionaba que una gota de sangre brotó desde las raíces de su cuero cabelludo, todo para no explotar por dentro… Estaba tensa porque veía como cambiaba, cómo se colocaba una máscara que pronto formaría parte de su piel. Le dijeron que una parte de ella había enloquecido.- Te han encerrado- dijo uno de los cinco seres. Siempre estás ahí sentada frente al espejo, esperándola, esperándote, es triste que no sepas quién eres…Estaba perdida, aún no compendia dónde se hallaba. Le dijo a los seres que ella no estaba en el mundo de los espejos, pero que si lo estuviera quería saber coma podría salir de allí. Los seres la miraban detenidamente, se apartaron unos minutos y en conjunto comenzaron a dialogar:-¿Sabrá qué mundo recorren sus pies?- ¿Cuál de las dos? – preguntó otro.Los cinco seres suspiraron. Esa pobre alma era víctima de ella misma. En la verdadera existencia era un estorbo o algo así…- ¿Y ustedes que hacen de este lado?- ¿Qué lado?- respondió otro ser.La joven se incorporó, pensativa caminó unos pasos. Los seres la miraban fijo. Luego le dijeron que ellos pertenecían a ese mundo. Ella pensó que eran guardianes del día y de la noche y que tan solo realizaban su trabajo, pero también creyó que la vigilaban demasiado, en cambio, a la otra, no la molestaban.- Esta otra vez en el espejo- gritó un ser.Ella corrió para reflejarse. Al verla temió: la otra estaba balanceándose en una silla, y la mirada apuntaba hacia abajo. Después se levantó y comenzó a dar un sin fin de vueltas en pequeños círculos mientras susurraba algunos números.- Ahora es tarde, está haciendo cosas diferentes a las tuyas, ya no son la misma, no tiene el mismo reflejo. Mientras vos estás sentada deseando ver su rostro, tu rostro, ella hace lo que quiere, lo lamento ¡Se rebeló!- explicó un ser.Ella cerró los ojos y se tomó la cabeza con ambas manos, más presión, más locura, más sangre… Deseaba contactarse con lo que veía, pero ya no era ella, ni siquiera pudo sentir la misma piel. Abrió ojos, algunas lágrimas deseaban rebelarse, pero sólo una quería llorar, la más fuerte no lo permitió.- Ahora eres parte de este mundo y vivirás de este lado, porque ella ha creado un nuevo ser; otro alma, otra mente, ya no te necesita. Mejoró la persona que deseaba ser, o quizás la empeoró, depende… Ya no tiene nada que pudiera pertenecerte. No las verás más- sentenció el ser más antiguo de todos.Ella lo aceptó.La otra, al verse tan diferente, por lo que era por dentro, se sintió perdida; la máscara se había adherido demasiado. Culpó al espejo, quería verla otra vez. Entonces, colocó en su cuarto ciento de espejos de diferentes formas y tamaños para tratar de hallarla, pero no tuvo suerte.Un día, cansada de esperar, rompió todos los espejos y con él pedazo mas filoso se hizo un profundo tajo en el rostro, y esa, fue la última vez que la vio.

Valeria Carina Massimino
Escrito en el 2006

Lo esperaba escondida en el estacionamiento, en pocos minutos él aparecería...
Colocó dos gotas de un perfume que le aseguraron que era un potente "afrodisíaco"... (de igual manera ella no necesitaba ninguna poción mágica, la llevaba en la sangre, en su piel y en sus labios).
Se colocó una máscara que solo le cubría los ojos y volvió a retocarse los labios, que junto a su cabello, era lo que resaltaba de su rostro y encantaba a cualquier ser humano que la veía.
Llevaba puesto un corset, diría que estaba vestida como una princesa, nada tenía mucho sentido, si alguien la interrogaba ella diría: “voy a una fiesta de disfraces”.
Y el hombre “más buscado” se dio a conocer, detrás de una columna ella lo miraba tras el antifaz. Y suspiraba.
Cuando el hombre se acercó a su auto, sintió que no estaba solo y se dio vuelta.
- Hola – dijo ella, con suavidad en la voz y un tanto nerviosa.
- Hola – respondió
Tal vez sería el único diálogo “coherente” y “racional” que podían tener, luego impulsos pasionales serían los protagonistas.
Ella se acercó para besarlo. Pero él retrocedió
- No quiero besarte solo unos minutos – dijo el caballero.
- ¿Pero…? – susurró ella.
- Nada… - y se dio vuelta.
Alguien le había dado la espalda y tras la máscara una lágrima prisionera necesitaba escapar. La rechazaban y no la deseaban… Permaneció de pie detrás de él, como si fuera un ángel, el hombre vio el reflejo de ella en el vidrio de la ventana del auto y no pudo soportarlo, y otra vez estaban enfrentados.
- ¿Por qué la máscara – le dijo
- ¿Por qué no?
Y el extraño sonrió.
- No voy a besarte – agregó
Y ella, tan especial que por momentos transmite miedo, se acercó hacia el vidrio del auto y pasó la lengua por allí.
- Así lo besaría… - expresó con ingenuidad. Y continuó besando el vidrio con desmedida pasión.
El hombre pensó que podía ser más creativo que ella y más fuerte a la hora de contener los impulsos y tan solo la miraba, absorto, perdido…
Luego de unos minutos, esos que él decidió no aprovechar, la muchacha se acercó hacia él y colocó su cuello cerca de la boca:
- El perfume lo compré para esta ocasión, ¿lo siente? – dijo.
Los cuerpos estaban tan cerca unos del otro, pero no se tocaban, tal vez no deberían tocarse nunca jamás en la vida…

¡Atención! He descubierto algo... En el día del padre o la madre, hacemos obsequios a ellos... En el día del niño, ellos no nos obsequian nada luego de cierta edad... ¿Y el día del hijo?? Atención! quiero mi regalo por el día del NIÑO/HIJO...

Plantarás un árbol… Encontrarás tu estrella…

“Me pregunto si las estrellas se iluminan con el fin de que algún día, cada uno pueda encontrar la suya”
Antoine de Saint-Exupéry


I

Plantar un árbol.
Escribir un libro.
Tener un hijo.

¿Y si realizaste las tres acciones que dicen que debés hacer antes de morir?
Recogeremos los frutos que dio el árbol…
Le contaremos a nuestro hijo el libro que escribimos…
Y miraremos al infinito cielo para pedir que la luz siga alumbrando nuestro camino.

II

Si el árbol se secó…
Si la luz desapareció…
Si no hubo niño alguno…
Si no hay nada que escribir…
Y si las piedras en tu camino hacen que caigas una y otra vez…
Mirarás al infinito cielo y alguna respuesta encontrarás…
La luz es interna… No la busques en otro lugar… Cuando la veas dentro de ti solo ahí podrás hallar tu estrella.


¿Y vos... la abrirías?

No sabía si abrir la puerta, según el mapa que había encontrado, esa antigua puerta de madera gastada, era la salida, o tal vez la entrada hacia algo que lo perturbaba desde hacía mucho tiempo. En sus sueños siempre estaba esa entrada o salida, pero nunca la abría; solo recibía increíbles imágenes al tocarla con la yema de sus temblorosos dedos.
Él estaba de pie, en una línea de tiempo que alguna vez vio en algún libro y hasta en sueños; si miraba hacia atrás podía ver el pasado en brevísimos flashes; pero ¿quería saber sobre el futuro?, para verlo debía atravesar la puerta. Si veía el futuro tal vez podía encontrar la respuesta a la decisión que tenía que tomar en el presente y muchas otras cosas más. Pensaba en su destino por sobre todas las cosas ¿Y el futuro del mundo? ¿Sería acaso un cobarde por abrir la puerta y echar un simple vistazo? ¿Sería egoísta de su parte querer atravesar la puerta solo para saber sobre su vida y no la del mundo entero?
Él era una simple persona, con una simple vida, con problemas no sumamente importantes; aún así debía mirar detrás de la puerta… Si no le gustaba aquello que realmente estaba detrás, ¿qué haría? ¿Podría cambiar las cosas? Ver algunas imágenes no era lo mismo que atravesar esa misteriosa puerta que lograba que él perdiera más minutos de existencia; el tiempo no se le devolvería; más allá de que estaba enfrentado al tiempo mismo; un tiempo que le mostraba sucesos de su futura vida… ¿Por qué a él? ¿Por qué no?
En menos de unos minutos vería si logró su objetivo, o tan solo qué sorpresa le depararía la vida ¿Podría ser un cambio tan brusco teniendo en cuenta la vida que llevaba? Su curiosidad estaba por asesinarlo ¿Podría acaso quedarse sin alma por querer ver el futuro? Alguien le había dicho que no debía jugar con el tiempo si es que tuviera la oportunidad, y luego halló el mapa. Pero tal vez aquel bosquejo que había hallado en un amarillento y áspero trozo de papel, no era un mapa. Su memoria se perdía, lo único que importaba era la puerta; y no se conformaba con las imágenes, era hora de cruzar el muro.
Le había llegado una indicación de un señor que no podía ver, primero le habló a la mente, y no fue broma porque después oyó que lo expresaba con mayor fuerza en ese espacio de tiempo y la puerta se movió. La voz le dijo que si echaba un vistazo al futuro, automáticamente tres años de vida se le descontarían en el presente, regresaría pero más viejo y sin modificaciones en su vida, pero ya sabría lo que le esperaba más adelante. Cada vez que abriera la puerta equivalía a tres años menos de vida; y no más de dos minutos podía ver del futuro.
Tenía treinta años, era joven. Supuso que sus amigos y su familia no lo notarían envejecer, tres años no era mucho tiempo, pensó.
Se detuvo a analizar la situación y creyó que si ya estaba allí era por algo, pensaba que si tenía algunas claves sobre el futuro era una inversión de tiempo, y todo eso que tendría que descubrir le llevaría el mismo tiempo que en el presente; entonces era más fácil abrir la puerta. De igual manera perdería tres años si no la abría; no eran tanto tiempo mil noventa y cinco días.

Abrió la puerta.

Con cierta lentitud se mostró una luz blanca y una música que le recordó a su infancia. Vio escenas del futuro, claras, no imágenes cortas, vio su destino, que supuso que no era posible conocer.
Estaba en una gran casa, tocaba el piano, no se hallaba viejo, tendría diez años más que en el presente. Olía a flores el bello ambiente en dónde se encontraba, era un lugar cálido y se sintió bien.
“Mi amor, ¿estás en casa?”, oyó que alguien decía. Pero él seguía viéndose a si mismo y no podía ver nada más, y no reconoció aquella suave voz.
Luego se cortó bruscamente esa escena y pasó volando a otro flash: ve que está de vacaciones en una playa y está tomando sol, a lo lejos un niño lo saluda y él responde: “si, te estoy viendo, cuidado!” Un niño con cabellos dorados que le sacó una sonrisa. Esa escena que él quiso retener se esfumó y pasó de la playa a estar sentado en un cómodo sillón; en la televisión las noticias anuncian que posiblemente los problemas con dos países llegarían a una guerra que afectaría a más de cien mil personas.

La puerta se cerró y él fue empujado hacia atrás.

Aún en estado de shock solo pensó en que quería saber más: “No puede ser, quiero ver un poco más, pasó rápido… no se vio nada interesante, parecía que todo estaba bien… que formé una familia, me iba bien económicamente…”- pensaba en voz alta.

Ni siquiera sabía que otras cosas deseaba para el futuro, por eso no se conformó con ver esas imágenes.
¿Por qué deseaba hallar algo malo? ¿O algo mejor o más grande? Ni siquiera él sabía que quería encontrar, todo eso generó más curiosidad.
Una simple persona puede tener una simple vida, pero también a esa simple persona pueden pasarle cosas que nunca imaginó.

Decidió perder tres años más, seis años no iban a significar una gran diferencia en el presente.

Y otra vez abrió la puerta…

Allí estaba, pero ese flash ya no tenía conexión con los visto antes, cada vez que abría la puerta había una nueva secuencia de tiempo; el tiempo nunca iba en orden y le molestaba, realizaba saltos que lo ponían nervioso.
Ve que está en el trabajo, cuando se dirige al baño y toma algunas píldoras. “Puedes lograrlo” se dice mirándose al espejo para luego salir y entrar en una reunión; sus ojos se muestran inquietos y todos en la sala, esperan su discurso, que se basa en el tiempo. Y aquello le llamó la atención.
La escena se cortó y se trasladó hacia otro momento muy triste de su futura vida: vio que estaba con una mujer que yacía en sus brazos. Ella está por morir y él le dice: “perdóname, no debí involucrarte en esto…”

Y la puerta otra vez se cierra.

¡No! – gritó. No era justo. Dijo que no fueron dos minutos, que no le daban la información precisa. Y gritó mirando hacia arriba, hacia la voz que alguna vez le explicó las reglas.

Sin siquiera pensarlo volvió a abrir la puerta.

Las imágenes no continuaban en orden, él ya lo sabía. Y además cada flash no mostraba todo, aún no le daba las claves que él suponía que debía hallar.

Por tercera vez se ve a él mismo: escribe un libro sobre una puerta, tendría nueve años más que en el presente (sin agregar los años que adquirió recientemente) y le cuenta a una persona que parece ser un amigo, que cree saber cómo viajar en el tiempo, esa persona le dice que está loco. Él se ve a él mismo y ahora no sólo ve, sino que escucha sus propios pensamientos del futuro, y es en ese momento cuando descubre que esa puerta es la entrada hacia el mismísimo infierno. Se da cuenta que aquello no puede ser una creación divina.

Y por tercera vez sale expulsado.

Allí, en medio de la nada y del todo, piensa, manifiesta cara de demencia, pero ahora más que nunca sabe de qué se trata todo, y cree haber hallado la clave, su destino y el destino de la humanidad.
Ya perdió nueve años, un número interesante, piensa. Nueve años tardó la puerta infernal en rebelarle aquella demoníaca verdad.
Supone que la respuesta es seguir viendo detrás de la puerta porque desde allí no sabía como destruirla. Aún de pie es ese infernal espacio descubre también que el mismo es la llave, es el acceso para que cualquiera pueda llegar y ver su futuro. Ver el futuro es una desgracia, pensó. Ver el futuro es desafiar a Dios, es una manera perversa de conocer el destino; la puerta no debería existir.
Sabía que las imágenes eran reales, pero también pensó que podrían ser falsas. Se sabe que el infierno es la repetición de lo terrible una y otra vez.

Decidió abrir otra vez la puerta.

Ahora ve que tiene un cuchillo en la mano y no recuerda lo que acaba de hacer, pero aún algunas gotas de sangre caen desde el brillante filo.
Y desde allí vuela hacia otro flash y se ve a él mismo frente a la puerta, y piensa que no tiene sentido, porque está mostrándole el pasado, reciente, pero pasado al fin. Y entonces cree que no solo esa entrada maligna es sobre el futuro, es todo, la vida misma, es una locura. Sabe que debe esperar a que los saltos del tiempo lo lleven al pasado, pero parece que eso ocurre cuando la puerta le regala algo más que dos minutos para ver. Cree que si lo logra pueda así modificar algo, pero tiene miedo; aunque podrían devolverle los años perdidos. Sin embargo la voz que le dictó las reglas no le habló sobre el pasado. Y esa imagen ahora se mezcla con la del futuro, en dónde el niño de cabello rubio le dice que extraña a su madre.

Y otra vez es expulsado, y la puerta se cierra.

Ha perdido doce años en ocho minutos, pero aún así cree que ganó, porque descubrió algo. Siendo él la llave, cree que también es la clave de esa puerta, y tomó el mapa amarillento y su textura lo llevó a pensar que era piel humana, de alguien que alguna vez pasó por la misma situación de él, sabía que era así, ahora todo tenía sentido. Todo quedó marcado es aquella piel, un trozo de piel muerta o quizás aún viva por los terribles secretos que escondía, y tembló de miedo absoluto con la sola idea de saber que quizás él terminaría así.
Ahora más que nunca sabía que debía sellar la puerta. Aunque eso significara deshacerse de toda su epidermis.

Y volvió a entrar con un plan.

El futuro ahora lo muestra muy anciano, el cabello blanco y la mirada triste; está sentado en su actual casa y mira hacia la nada. Cree que es la escena final antes de su muerte. Esa imagen es mostrada por mucho tiempo y él cree que es injusto y en ese momento salta a otro flash y se ve enfrente de la puerta pero con los cambios que le hizo el tiempo, y mientras ve eso, mira sus mano y toca su rostro y sabe que ha cambiado, entonces piensa y retrocede, y lo logra, justo está por ser expulsado y decide aferrarse al marco de la puerta, y no desea salir, y la puerta no puede cerrarse y todo eso trae más años en su vida… Ve a su piel, con marcas, y sabe que la respuesta estará en su cuerpo y llora mientras sigue sujeto a ese agujero demoníaco. Cada instante que pasa, uno o dos pelos de su cabellera se tiñen de blanco con enferma y extraña lentitud, y otras tantas marcas aparecen en sus manos y rostro, al igual que los cortes que hace un cuchillo para formar grietas, llamadas también arrugas. Y otra vez ve la imagen de él, anciano, sentado en su casa esperando morir e irse al infierno, y repetir una y otra vez su error, al menos en su piel estará marcada la entrada….

No resiste más porque los años siguen avanzando, y luego de varios minutos se desprende de la puerta, y cae. Permanece allí, sin fuerzas.

Toma el viejo trozo de piel y sigue las pistas para regresar a su casa, mostrando unos setenta años.
Vuelve a su casa y se sienta en el sillón. Es ahí cuando recuerda que ese era el último momento antes de su muerte, eso supone cuando piensa en la imagen que le mostró la puerta… Entonces con sus últimas fuerzas regresa allí. Decide no morir aún; pero se corta la piel, trozo por trozo, para luego desprender toda la epidermis de su cuerpo y sellar la puerta…
Mientras tuvo resistencia colocó los trozos de piel en la puerta, y la arrugada piel se adhirió con fuerza tratando se formar un poderoso sello, el lacre de piel humana que cerraría el infierno era él mismo.

Dicen que aún hoy él sigue viendo el futuro; porque quedó vivo, su piel está viva y no deja de observar el futuro una y otra vez, su futuro y el futuro del mundo entero, lo ve todo, no puede hacer otra cosa que ver todo lo que sucederá en esta vida, para toda la eternidad ¿Es acaso posible la eternidad?
Quizás nadie más intente llegar a esa puerta o quizás podrán llegar, pero no abrirla.
Dicen también que él está allí, que es parte de la puerta, y está cuidando la entrada del infierno para que nadie más intente ingresar y ver el futuro.

Por:

Valeria Carina Massimino
Todos los derechos reservados.

(BIENVENIDOS AL CIRCO)

Al cerdo doméstico se le otorga el nombre científico de Sus scrofa. Fue domesticado hace unos 5.000 años. Se encuentra en casi todo el mundo. La distinción entre el cerdo silvestre y doméstico es pequeña y el cerdo doméstico se ha vuelto cimarrón en muchas partes del mundo (por ejemplo em Nueva Zelanda). Los cerdos cimarrones pueden causar daños sustanciales al ecosistema. La familia de los Suidos también incluye alrededor de 12 diferentes especies del cerdo silvestre. Están relacionados con la pereza y la glotonería.


“Doce voces gritaban enfurecidas, y eran todas iguales. No había duda de la transformación ocurrida en las caras de los cerdos. Los animales asombrados, pasaron su mirada del cerdo al hombre, y del hombre al cerdo, y nuevamente del cerdo al hombre; pero ya era imposible distinguir quién era uno y quién era otro “
GEORGE ORWELL
ANIMAL FARM (REBELION EN LA GRANJA)

La historia de los cerdos :

Y el bufón del circo tomó una especie de pergamino y leyó las nuevas reglas para los cerdos… Todo cambiaba, fue hace muchísimos años, cuando la luz encantaba con su brillo a todas las criaturas sobre la faz de la tierra… Aún ahora sufrimos las consecuencias del actuar porcino…
Sucedió una noche en que alguien muy obscuro vendió su alma (que ya no tenía valor) y trató de asesinar a la luz…

“Entonces el cerdo vivirá en el estiércol para toda la vida…” Así sea, dijeron los dioses”. Los cerdos no habían aprovechado las oportunidades que se le dieron en otro tiempo y lugar…
Sin embargo existe algo interesante, el experimento funcionó demasiado bien, o demasiado mal, algo extraño hubo en el momento de la confección de las reglas porque: los cerdos que fueron condenados aman revolcarse en el chiquero, son felices con el estiércol, y no lo ven como una condena. Adoran crecer en cuando a volumen (por sobre todas las cosas) les gusta el poder, pero lo ideal es quedarse allí y dar órdenes, y que todos los idolatren, los más sucios han llegado y las reglas de los cerdos no se modificaron más.
Los cerdos escucharon desde pequeños que aquellas acciones que realizaban estaba “bien”, entonces no hay culpables por el error de los dioses… Los cerdos fueron criados así, criaturas oscuras… Por favor recuerden que siempre se vio al cerdo de esa manera, con los bolsillos llenos de dinero, ocultado cosas, revolcándose en la suciedad, aunque a veces parecen simpáticos, no son inteligentes… Comer cerdo en la antigüedad era algo que solo hacían quienes pertenecían a cierta clase social.
La suciedad se relaciona con el poder, con el dinero; solo podrán diferenciar al cerdo de otro animal, cuando el cerdo pueda caminar sin agitarse, y cuando pueda mirar sin odio a todos los que son mejores que ellos (los cerdos piensan que alguien puede ser mejor si tienen más dinero), el cerdo/a logrará la diferencia cuando haga algo y no sea por un par de monedas de oro. Cuando abrace a sus hijos, que no convirtió en cerdos a su imagen y semejanza. Y cuando sea feliz viendo que otros hacen algo que no es lo que ellos hacen y está bien, y no se venden y no dan asco todo el tiempo…
¡Cuidado con creer que los obesos siempre son cerdos!
Tiempo atrás los cerdos eran alimento exclusivo de la elite, luego los habanos adornaron las fiestas, y el cerdo seguía sobre la opaca mesa de madera con la manzana en la boca. Pero se cansó, y se levantó y mutó, y en ese momento todos mutaron y nadie puedo diferenciar a los humanos de los animales, porque hay "humanos animales", y "animales cuasihumanos". Y ya nada fue igual… Porque en vez de apuñalar al cerdo cuando imitó al humano en dos patas sobre la mesa y arrojó la manzana con furia de su sucia boca, le perdonaron la vida, le dieron otra oportunidad y eso parece que fue un error. Un error que cambió la historia en el planeta tierra.
Los cerdos pueden hacer cosas buenas pero no lo hacen porque es algo bueno sino porque “queda bien” y eso es un problema a la hora de que algunos ignorantes opinen sobre la actitud de estos animales feroces.

No hay que vivir pensando en que el otro debe pagar… porque si hacemos que paguen, nos convertiremos en cerdos.
¡Cuidado! hay una sutil línea que nos separa de los cerdos; lo mismo de la luz con la oscuridad.


“ No es lo que va hacia la boca del hombre lo que lo corrompe, sino aquello que sale de su boca, eso corrompe al hombre"
mateo 15:11

"En la naturaleza, no hay castigos ni premios, sólo consecuencias."

Proverbio Chino


Cuarto vacío y oscuro. Luz tenue ilumina el lugar. Una cama en un rincón; espejo en forma oval sobre la pared, portarretratos y libros… Ahí, en una silla de madera, está sentada ella.

¿Dónde estabas?, le pregunté. Me miró harto, pero siempre esa es la primer pregunta que hago cuando llega a casa, incluso sabiendo la respuesta que dará, no digo que me mienta, pero necesito verle la cara cuando lo dice. Y como siempre continué, él dice “el interrogatorio”: ¿Había muchas mujeres en la fiesta? ¿Por qué no atendiste el celular? ¿Tanta “joda” había que no lo escuchabas? ¿Justo se te acabó la batería?... (Se levanta de la silla) Recuerdo que a veces suspiraba y no respondía. O tan solo se limitaba a decir: “basta”… Seguro que oculta algo… Sí, no hay duda, sino podía responder tranquilo, a mi no me molesta que me “interroguen”, porque siempre digo la verdad. Los hombres son diferentes… (Pausa, piensa en la última línea que dijo)

En un momento fue una pregunta tras otra: ¿Qué hacías en el baño? qué raro que estés cansado, ¿por qué?... ¿Con quién fuiste al bar? ¿De qué hablaron? ¿A dónde vas mañana? ¿Qué soñaste? ¿Me extrañaste hoy? (con vos dulce) ¿Me amás? (obsesiva) ¿Para qué te compraste tanta ropa nueva? (enojada) ¿Y por qué te vestiste de "gala" para ir a trabajar? (irónica). Reconozco que son muchas preguntas, pero el silencio de su parte, me desespera... Explico: No es que quiera que vaya como un zaparrastroso a la oficina, pero… pero nada! Y continué: ¿Muchas amigas tenés?, porque no es común la amistad entre el hombre y la mujer, ¿no? Yo no tengo amigos… Bah, los que tengo son todos “gays”, y mis amigas ninguna tiene. Ellos siempre fantasean, es el típico sueño, a la larga quieren estar con la amiga. Obvio, vos no vas a reconocerlo... Él por momentos me respondía, luego de unos minutos ni siquiera me escuchaba.

Ah, otra cosa, te digo porque prendí la compu y vi cosas... ¿Estuviste en el msn varias horas, no? ¿Viste pornografía? No revisé el historial, de casualidad saltaron páginas de minas desnudas… Bueno, ok (sarcástica), alguien entró a la casa y paseó por un sitio más porno que otro, y yo tengo que creer que no fuiste vos... Y bueno, será un virus... (Silencio)… No es todo el tiempo así, a veces hablamos de otras cosas… (Pasea por la habitación, piensa, suspira… y regresa. Recrea los momentos en que hablaba con él mirándose al espejo)

¿De verdad me amas más que a nadie? Él parece ser sincero, pero siempre está la duda en todo lo que dice y hace. Una vez le planteé la idea de hacer un pacto de sangre, se rió y cuando notó que lo decía en serio, se asustó. Bueno, no tengo ninguna enfermedad porque nunca estuve con otro. Reconozco que parece ridículo o enfermo hacer un pacto, pero en algunas películas eso lo hacen los enamorados y en la vida real también pasa. Ejemplo: Angelina Jolie, que seguro te re calienta, le dije, llevaba sangre de su novio en un frasco de vidrio y lo lucía como collar, así iba a la entrega de los Oscars... Ella no lo hace para tener prensa. Ok, no soy Angelina Jolie!, pero eso se me ocurrió antes a mi... Ahora voy a decirte que adoptemos a un niño africano. Tranquilo, es broma… pero en realidad no estaría mal... (Ríe sola – Silencio. Siempre justifica las preguntas) ¿Te gusta cuando hacemos el amor? ¿Te gusta como lo hago? ¿Tu ex lo hacía mejor?... No pretendo una re explicación, pero creo que soy una de las mejores porque hago todo lo que pedís, sentencié una vez, y quizás sonrió. Hay novias que no entregan todo, pero bueno, no seamos superficiales. Dicen que en una relación es 50% sexo, 50% diálogo; otros dicen que 40 % sexo y 60% diálogo… No sé, yo solo cito lo que dicen las encuestas. Y no hago todo para que no me dejes ¿Ok? (Mirada perdida) Siempre hay algo de qué hablar, no creo que todo sea un interrogatorio: “¿Estoy gorda? ¿Te parecen tontas las modelos? ¿Por qué haces dieta? ¿Por qué haces ejercicio? ¿Te atrae alguna compañera de trabajo? ¿Te masturbás? ¿Te gustan las putas? ¿Cuántas veces pagaste por sexo? ¿Te gusta mi hermana? A veces la mirás demasiado… ¿Extrañás a tu ex novia? La verdad… ¡Por favor! Solo pido que seas sincero, en una pareja la sinceridad es la base de todo. Creo que si te pregunto esto, es para confiar mi amor…” (Mezcla de dulzura y demencia)

Lo que cuento puede ser un poco asfixiante, y a su vez, triste, quizás es enfermo, ya no lo sé; a algunos les parece gracioso, pero es lo que vivo, lo que hablo con él y lo que me guardo. Me informé sobre el tema, en Google, sí, ¡en Google!, puse “Celos enfermizos” y decía: “La Psicología actual explica que los celos son la respuesta natural ante la amenaza de perder una relación interpersonal para la persona celosa” Luego decía: “¿Amor o enfermedad?” (Silencio y luego se pregunta) “¿Estamos todos locos?... ES AMOR… (Grita… y pausa)… También leí en el artículo: “Los celos y la envidia, tienen el mismo motivo: la necesidad de poseer. Analizan que uno de los motivos es sentir inseguridad de uno mismo. Y por supuesto, la infancia es la base de toda perturbación mental.” Bueno, no sé, no me cura saber el motivo porqué soy celosa, ni me hace menos celosa… (Piensa en esa última línea y asiente con la cabeza) Igual creo que no estoy tan mal, porque no llegué a tener alucinaciones, tal vez voy por el camino de la obsesión y locura, solo eso (Risa tensa)… Juro que todo lo que digo y siento son los pensamientos de las mujeres, a diferencia que yo lo expreso… A veces uno piensa soluciones drásticas para no preocuparse más por el ser amado, porque uno se preocupa mucho… Una vez pensé como aquellas “locas”, las “mujeres asesinas”… No, no, es broma… (Silencio, su mirada cambia…Risa tensa) Las mujeres no toleramos la mentira, la infidelidad… Pero como dije antes no llegué al extremo de ver a mi pareja con alguien por producto de mi imaginación. Si fantaseo muchas cosas, pero aun no lo sigo, no lo torturo, me controlo. Son etapas. Hay cosas que las reservo, pero en mi soledad confieso que me pregunto: ¿Qué estará haciendo? ¿Llamo? ¿Llamo y corto? No sé porqué llamo y corto, es típico de la mujer, si está con otra, igual va a atender el teléfono, es para analizar el tono de voz… Pienso: ¿Lo espío? ¿Lo mando a seguir? ¿Mentirá? ¿Me ama con toda su alma? ¿Es infiel? ¿Cambié su vida? ¿Amó más a otra? ¿Tendrá ganas de estar con varias? ¿Se masturba mirando pornografía o pensando en mi o en alguna amiga? ¿Piensa en mi cuando tenemos sexo? ¿Soy el amor de su vida? ¿Le gusta mi piel? ¡¿Qué carajo hace en el msn tanto tiempo?! ¿Le gustará tener hijos? ¿Qué habla con los amigos? ¿Siente curiosidad por lo homosexual? ¿Estaremos juntos siempre?

No, no se puede vivir así. Pero bueno, mis amigas piensan como yo, no podemos estar todas “locas” (Hace el gesto “comillas”). Todo lo que pienso no lo digo, puedo cansarlo… por eso hago esta confesión… No es fácil ser feliz, no es fácil confiar, no es sencillo estar en pareja ¡Tengo que entender que el cuento de hadas no existe!… Ok, no quiero dramatizar. Pero cuántas historias conozco en las que dos personas reflejaban la pareja perfecta, y luego terminaron mal por los engaños. No, no quiero contar solo anécdotas desesperanzadoras. (Silencio y vuelve al tema) Cuando lo llamo y da ocupado dice que él no era. Hay cosas que no cierran, a veces da una explicación difícil de creer; dice: “justo estaba en el baño” o “estaba dormido y no escuché el teléfono”. Siempre tiene la excusa perfecta… (Mira el reloj, se preocupa) ¡No sé hace cuánto tiempo estoy acá sacando conclusiones obvias!… Y eso me hace pensar… ¿Qué estará haciendo ahora?... Voy a llamarlo… (Pausa) Mejor llamo y corto…

DRAGONFLY

Y SE VIENE...

"CONFESIONES DE UN CELOSO"



¡Qué pena que beber agua no sea un pecado! ¡Qué bien sabría entonces!
Giacomo Leopardi


Aunque le arranques los pétalos, no quitarás su belleza a la flor.
Rabindranath Tagore

Las mujeres han sido hechas para ser amadas, no para ser comprendidas.
Oscar Wilde

Abstemio: Persona débil que cae en la tentación de negarse a sí misma un placer.
Ambrose Bierce


QUIÉN REGALA UN TULIPÁN... ES UNA PERSONA EXTRAÑA...

NO HAY EXTRAÑOS A MI LADO....




Desde hace 15 años Ana María Giunta dirige“Todos en Yunta”, talleres de arte que buscan socializar e integrar a aquellos a quienes la sociedad les da la espalda. Sin apoyo estatal y trabajando en una casa prestada, lidera un grupo que, a través del arte y la expresión, ayuda a más de un centenar de personas con discapacidades. Combativa y comprometida, ahora prepara una obra de teatro interpretada por chicos con síndrome de Down. Con su tradicional estilo frontal, Giunta habla de su historia, de sus luchas y de los males de una sociedad que "le tiene miedo a lo diferente".

Nunca un taller es igual a otro si hablamos de las clases de arte que brinda Ana María Giunta. Divertida, contagia con su entusiasmo, e incluso su forma contestataria de ser invita a reflexionar sobre la vida. Ocurrente, creativa, transgresora y sin límites a la hora de luchar, Giunta enseña de corazón a todos los chicos que concurren a los talleres y los ayuda en los problemas que los aquejan. Una mujer que pelea por los derechos de todas las personas, en una batalla contra la discriminación que en nuestra sociedad parece no tener fin.

¿Cómo surgió la idea de hacer los talleres de arte para la vida?
Para explicar eso tengo que contarte la historia de mi vida. Nací con vocación social, siempre fui una nena diferente. Por ejemplo, cuando tenía seis o siete años veía que en los cumpleaños de mis compañeras del colegio no se invitaba a todo el grado, hacían diferencias con los pobres y los morochos, y eso me molestaba, por eso yo invitaba a todo el curso.
De más grande me molestaba escuchar la palabra “villero”. Vengo de una familia muy buena, pero piensan diferente. Mi abuela materna decía: “Mirá la chinita esta", "Mirá el negro los labios que tiene, parece que chupa naranja todo el día", "Qué hermosos son los bebes rubios”. Mi papá está muerto, y lo amo y amé con toda mi alma, pero también discriminaba, era bien milico, un hombre de “derecha”. Y en ese núcleo me formé.
Desde los 13 años hago voluntariado en diferentes áreas. Hice talleres para las chicas de los hogares de huérfanos, talleres con discapacitados de todas las edades, mentales, psiquiátricos o motores. A lo 17 seguí con el voluntariado y me di cuenta de que no existían las maestras especiales. Las maestras convencionales, ante una crisis psicótica de algún alumno, salían corriendo, y yo no, me quedaba, y eso marca la diferencia. A las personas con brotes las encierran y le dan medicación, cuando en realidad hay que educar a la persona. Aún creo en la educación.

¿Cómo tomaron tus padres el camino que decidiste para tu vida?
A mi papá le pareció bien, pero me decía todo el tiempo que me cuidara. Un día mi madre se descompuso cuando llevé a un chico con discapacidad a la casa. Estoy escribiendo un libro con todo lo vivido.

¿De qué manera fuiste logrando tu objetivo?
Fui aprendiendo con todos los chicos que tenían algún tipo de problema o discapacidad. En un momento creí que tenía que ser monja, pero de monja no tengo nada. Luego quise ser abogada, pero no quería defender a los culpables y dejé. Después seguí con psicología y tampoco continué. Hasta que apareció por primera vez algo llamado asistente social.
Es maravillosa la carrera, el problema es que nadie sabe trabajarla en este país, por el simple hecho de que no sabemos trabajar en equipo. Fue difícil porque no quería convertirme en traficante de tarros de leche para llevarlos a algún lugar necesitado. Trabaje en villas y en los loqueros, que ahora son llamados neuropsiquiátricos.
Trabajé con el padre Gigena, a quien más tarde mataron en el proceso, en geriátricos, que antes se llamaban asilos. Y de todo eso aprendí muchísimas cosas. Ibamos a las villas, y cuando le daba un beso a un chico, o me ofrecían un mate, mis compañeras me decían: “Ana, te llenan de mocos”. "¡Pelotuda! ¿Para que mierda sos asistente social? Ponete una boutique", le respondía.

¿No encontrabas lo que querías dentro de la carrera de asistente social?
Sentí que no podía hacer lo que realmente quería. Por eso también me metí en política. Siempre fui una mujer de carácter fuerte, salí con ese espíritu libre, una especie de Quijote. Un amigo me dijo una vez: “Los edificios de Buenos Aires no son los molinos de viento”.

¿Qué vivencias fuertes te marcaron?
Recuerdo el Comando Pio XII, que tomaban a las prostitutas y a los homosexuales y los prendían fuego. Yo tenía 15 años, veía eso y lo denunciaba. Mi mamá quería matarme, porque me arriesgaba. También sé que hace 16 años había derechos humanos para la mujer, los homosexuales, indios, judíos, árabes, pero no para las personas con discapacidad, como si no fueran personas, y yo pensé que eso no podía quedar así y comencé a abrir puertas.

¿Qué te motivó para continuar con los temas sociales?
Las madres de chicos con algún tipo de discapacidad venían a mí y me decían: “Ana, le pagamos, porque los chicos con usted la pasan bien, se divierten”. Como insistían tanto arreglamos para hacer un seminario gratis de tres meses mostrando cómo me manejo. Pasaron 15 años de eso, y hoy ese seminario que empezó con 10 personas, sigue, y tenemos 100 alumnos.

EL QUIJOTE:

¿Cómo te definirías?
Lo mío es hablar a calzón quitado. Soy divertida, muy buena actriz, tengo talento y la mayoría de las personas me conocen por lo que hice como actriz. Soy pasional. Me prestan atención, soy autoridad. Me aman y me respetan. Soy obsesiva. Fui la primer mujer gremialista de Buenos Aires. Me pasaron muchas cosas sólo por querer un país mejor.

¿Y cómo es tu relación con la discapacidad?
Gané el premio “Blanca Podestá”, que es el premio mayor como actriz, y cuando lo recibí dije: “Recuerden que los discapacitado existen”. Mi marido me dijo: “Te dieron un premio como actriz y salís con otra cosa”. Pero yo soy Ana, soy así y no voy a suicidarme porque no me llaman como actriz.
Tengo una manera especial con la discapacidad, les digo a los chicos: “Jodete, hermano, te tocó. No sos discapacitado, sos una persona que tiene una discapacidad. Yo tengo más de 100 kilos y no por eso vas a dejarme de respetar, o querer menos”.

¿Tu familia te apoya?
Estoy casada, tengo dos hijas que me apoyan, pero no les gusta alguna de mis actitudes, o que me meta en todo. Me pelean por eso. Ahora estoy con el tema pedofilia. Yo fui quién hice el escrache de Jorge Corsi.

¿Sentiste miedo alguna vez?
A veces tengo miedo, solo los locos no tienen miedo. Mi familia dice: “No te metas más”, pero es mi naturaleza.

Arte como disparador

¿Cómo son los talleres de arte para la vida?
Soy mamá del corazón de los chicos y les enseño amor responsable, disciplina, y trabajo. Organizamos bailes, cantamos, y hasta hicimos partidos de fútbol. Eso fue una experiencia maravillosa. Yo les digo: “Salen a la cancha a matar, no me hagan pasar papelones, ustedes pueden”. Y me responden: “¡Sí, Anita!”.
También hicimos diversas obras de teatro como Romeo y Julieta, La Tempestad, Sueño de una noche de verano, La casa de Bernarda Alba, Cenicienta, y obras de mi autoría.
Los sábados de 10 a 13 están los más chicos. Luego hay una reunión de equipo con los asistentes y voluntarios. Y en un almuerzo de trabajo hablamos de las problemáticas que surgen. A las 15 llegan los jóvenes adultos, en ese grupo predominan las personas con problemas psiquiátricos.

¿Qué les enseñás en los talleres?
Teatro, danza, musicoterapia, canto, plástica, artesanías, actividades prácticas, cocina y supervivencia. Esta última la inventé yo, es para que sepan como manejarse cuando mamá y papá ya no estén con los chicos. Enseño a destapar botellas, cruzar la calle, manejar plata, defensa personal, un poco de todo. En la semana hay juegos teatrales y psicomotricidad. Sólo abonan cuota los que pueden pagar.

¿Cómo podés mantener todo?
Porque estoy loca. Estábamos en la Avenida Callao, pero no nos renovaron el contrato, y esta casa (Saavedra al 138), me la dio una señora llamada Ethel, que me escuchó en la radio cuando dije que si no conseguíamos lugar íbamos a estar en una carpa blanca en frente del Congreso. Ethel tiene 82 años y está feliz de poder ayudar, y yo soy feliz de seguir con los chicos, les dije que nunca nos íbamos a separar. Algunos de los alumnos mueren, a otros los mata la policía o alguna pandilla, también hay enfermos terminales que mueren luego de sufrir una larga enfermedad, pero todos mueren felices.

ENCIENDE EL TELEVISOR:

¿Cómo ves la televisión nacional?“Cuestión de peso” fue horroroso, una falta de respeto, un programa de televisión nefasto. Hay que controlar lo que se hace. Las personas gordas son iguales que todas. Me acuerdo que saltaban alrededor del Congreso para que salga la ley. No todos tienen la personalidad que yo tengo y a algunos les hace mal, hay gente gorda que se suicidó. Yo no me siento menos por ser gorda, quiero adelgazar por salud. Pero hay una exigencia criminal para adelgazar.
Se ve mucho circo en la televisión, y constante discriminación en los medios y en la vida por falta de información. Algunas productoras usan al discapacitado por un poco más de ráting. Yo me alejé de la televisión, pero tampoco me llaman, ahora soy muy gorda, y no es lo que suele verse en los medios. Además soy contestaría y nadie quiere problemas.

¿Cómo vez que la sociedad trata el tema de la discapacidad?
La sociedad trata mal a la discapacidad porque la gente tiene miedo a lo diferente. El miedo te paraliza o te hace escapar. Por supuesto que a veces también hay maldad de las personas y de los medios de comunicación. Yo demuestro que las personas con discapacidad tienen capacidad.

¿Cuáles son los próximos proyectos?
A fin de año vamos a hacer la obra “Otelo”, con protagonistas con síndrome de Down. Yago tiene discapacidad motora y hay tres convencionales, una de ellas fue abusada sexualmente de chica. El arte ayuda a todos, es un disparador para salir adelante. También vamos a hacer “El Principito”.
Me llamaron para hacer cine, es una película basada en hechos reales, sobre la historia de una prostituta rosarina que ejercía sin cafisho y denunciaba los lugares donde hay prostitución de menores de edad. Se enamora de un cana y él la vende, luego la fusilan. Me gusta hacer películas sobre temas sociales.

Tres anécdotas

* "En Reyes se me ocurrió pedirles a todos los chicos que hicieran una carta y pidieron cosas raras como un caballito de lata, del tiempo del pedo, pero lo conseguí. Y todos tuvieron su regalo de Reyes, fue maravilloso ver la alegría que sintieron".
* "Una vez vi a una madre que a su hijo con síndrome de down, de unos 30 años, le acomodaba la camiseta dentro del pantalón. Me acerqué a decirle que no debe tratarlo como a un bebé, que es un hombre. Hoy en día él siempre me dice: 'Soy un hombre, Anita”.
* "Los discapacitados quieren amor, cariño. Una vez un chico se sentía mal y no sabíamos que tenía. Y nos dimos cuenta de que sólo necesitaba caricias. En un vaso le coloqué agua con azúcar y le dije que era un remedio mágico, y se le pasó".

Quince años en yunta

El "Taller de arte para la vida Todos en Yunta” fue creado por Ana María Giunta en 1994, a pedido de padres de chicos con discapacidad mental. Tuvo repercusiones positivas y por eso se continuaron los talleres hasta el día de hoy.
En 2003 se constituyó como asociación civil sin fines de lucro. No reciben subsidios, y sólo abonan una cuota quienes pueden colaborar. Los ejes centrales son la capacitación y formación profesional, apostando un mundo mejor, de amor, dignidad y libertad. El arte es el disparador para que los chicos y adultos con algún tipo de discapacidad puedan tener más herramientas para integrarse y realizarse.
Todos los años realizan diversas obras teatrales que ensayan con pasión semana a semana. Las materias que se dictan son teatro, danza, musicoterapia, canto, plástica, artesanías, actividades prácticas, cocina, supervivencia, juegos teatrales y psicomotricidad.


Obsesión 1
Y la sangre comenzó a brotar de manera tal que su amiga se desvaneció, pero ella era diferente… cada gota que caía atraía a su perturbada mente…
Colocó los labios sobre la herida y sintió un sabor que no le agradó, pero tampoco hizo que ella alejara su boca… Lamía cada gota que brotaba sin pedir permiso con cierta velocidad que amedrentaba a los espíritus, alimentándose, o bien moviendo la lengua de manera automática. Mientras, pensaba tantas cosas… algunas sin sentido aparente.
¿Por qué la sangre?
¿Por qué repentinamente deseó hacer eso?

No lo sabía, entonces detuvo el movimiento automático que hacía con su boca, pero su lengua buscaba otros sabores.
¿Y si ella solo podía vivir a través de algunos sentidos?
Vio que comenzaba a llover y las gotas que caían sobre la ventana la llamaban con débiles golpeteos que en su mente significaban otra cosa:
“Ven, luego de que bebas el agua cristalina, todo estará mejor…”
Pasó la lengua sobre la ventana y el sabor de cada gota de agua de lluvia la trasladó a otro mundo. Allí estuvo un largo rato, con los ojos cerrados y apoyada sobre el vidrio helado, sintiendo solo lo que su sentido le ordenaba sentir.

Luego vio que el plato con leche del salvaje felino se encontraba lleno, y no dudó en inclinarse hacia el frío suelo para comenzar a gatear, usó los mismos movimientos del gato y se dirigió hacia el alimento. Una, dos y tres veces pasó la lengua sobre la tibia leche. Lengua que parecía de mayor longitud que la de los humanos, quizás muy roja, y la estiraba para que solo la punta se deleitara con el nuevo sabor.

- ¿Está rico? – escuchó que decía una voz masculina, tras su espalda.


Permaneció inmóvil al oír esas palabras. Solo cerró la boca, aún en la posición felina, y con la cintura demasiado encorvada que parecía ser una escultura, temió moverse.



Besar: Tocar u oprimir con un movimiento de labios. Impulso del amor o del deseo o en señal de amistad o reverencia.
Demente: Loco, falto de juicio.

Si esta acción, con este adjetivo se uniera, ¡Oh, por Dios…! las consecuencias podrían ser desastrosas o sumamente pasionales.



Lo esperaba oculta en el pasillo, había pensado aquella estrategia hacía algunos días. Vestida de una manera elegante, y con cantidad de perfume sobre su suave epidermis, aguardaba que él saliera de la oficina para juntos bajar por el ascensor.
- Disculpe, ¿funciona? - dijo una mujer de otra oficina.
- No, estoy esperando al portero- respondió ella, mintiendo descaradamente.
Y la molesta mujer se retiró.
Por fin él salió, su corazón cambió de ritmo, aceleró. Si bien había ensayado frente al espejo lo que haría, tenía miedo, ansiedad, deseo, una mezcla de cosas. Recordaba cuando estaba en su habitación practicando su maniobra y se vio a si misma besando con desmedida pasión su propio reflejo.
Llegó la hora, tenía que actuar…
Aceleró su paso, y cuando las puertas del ascensor estaban por cerrarse, la mano de él hizo posible que ella ingresara a su lado.
Los dos estaban dentro del ascensor, lamentablemente junto a tres personas más: una pareja de ancianos y un muchacho que no sacaba la vista del periódico. El silencio se apoderó del lugar. Los latidos de su corazón se oían cada vez más fuerte y hacían un eco que retumbaba dentro de esas cuatro paredes o dentro de su mente. Como estaba previsto, el elevador se detuvo de brusca manera y la luz se apagó. Quizás exageró, no lo sabe con exactitud, no pudo ver una filmación, pero del impacto, cayó muy cerca de él, sobre su voluptuosa boca que la retuvo de la mejor manera posible que alguien podría imaginar.
- ¿Dónde estás José? – dijo la anciana, rompiendo todo encanto.
Ella estaba muy cerca de él, era todo lo que sus pensamientos deseaban desde hacía varios meses. Pero aún así, rió al oír a la viejecilla cuando buscaba a su marido, que muy lejos no podía haber ido.
Por algún extraño motivo él continuaba quieto en un rincón y dejó que ella colocara sus labios, aún más cómodamente, sobre los suyos.
- ¿José?- insistió la anciana.
Cómo podía ser posible que ella se encontrara casi dentro de la boca de otra persona y la señora no encontraba al senil José.
Luego de pensar aquello, sonrió, pero aún rozaba los hermosos labios de él, de aquella fantasía que en ese momento era real y podía deleitarse devorándole la boca, casi literalmente.
Según sus cálculos restaban siete minutos para que la luz regresara. Así que no perdió más tiempo y comenzó a pasar su lengua sobre el labio inferior de él para luego seguir con el superior hasta que entró a buscar la parte que más deseaba de él y que imaginaba que la recorría a ella entera en las obscuras noches: su cuello, su espalda, sus dedos… él volcando whisky y saboreándola toda la noche… Ella sobre él, buscando extasiarlo para comprender porqué la atraía tanto… quizás la explicación podía estar en esa boca o en esa piel que tanto la obsesionaba... y que ahora era suya, al menos, por unos minutos más...
¿Y? ¿qué esperan? – gritó el joven que también estaba atrapado en el ascensor.
Ella todo lo oía, aún así, continuaba con el plan.
- ¿José?, ¿dónde te habías metido?
Al fin la señora estaba con su marido. Y ella tenía seis minutos más.
Acorralaba a su presa, era de ella, al menos en ese momento, y debía aprovecharlo al máximo; tampoco quería lastimarlo. Y lo dejó en libertad: quitó su boca de los labios de él, tal vez estaba siendo un poco agresiva. En ese instante solo se oía la respiración de ambos. Pero necesitaba sentir su piel, le desabrochó solo dos botones de la camisa y por allí sus manos se escabulleron. La epidermis de su abdomen estaba cálida pero sus manos un tanto frías hicieron que él sintiera un escalofrío. Con lentitud avanzaba con sus dedos, suaves caricias que lo erizaban, sin verlo, ella se percató de aquello, por la respiración, por un movimiento espástico, porque la piel cambió de tono cuando ella lo tocó, y por tantas cosas… Ahora sus manos estaban por la espalda, y allí usó las uñas, de arriba hacia abajo lo recorría, realmente sin desperdiciar segundo alguno. Los cuerpos unidos uno al otro, podían sentir toda manifestación. Su boca inquieta, buscaba una nueva zona que explorar y esta vez el cuello fue el protagonista. No sabía si besarlo, tan solo respiró cerca de la zona que luego atacaría, al igual que toda presa, esperando a ser devorada.
Sus labios ya estaban en el cuello y empezó a degustarlo, aquel sabor la embriagó, era lo que ella esperaba, y más… Jugaba haciendo presión con sus labios y la piel, y con la lengua también, mientras simulaba que lo mordía...
¿Qué más podía pretender?
- Hace casi diez minutos que estamos sin luz – dijo la anciana.
Ella sintió ansiedad, tristeza, todo terminaría en breve ¡Maldita sea!, pensó. Cierta desesperación la desconcertó e hizo que liberara el cuello de su presa, solo una vez más pasó la lengua por ahí para despedirse, y también quitó las manos que aún recorrían la espalda de ese extraño hombre.
No pudo evitarlo, una sola lágrima tan perfecta y cristalina se asomaba por uno de sus ojos, el adiós le producía un gran vacío. Su presa, que no había hecho movimiento voluntario alguno, en los minutos finales colocó ambas manos en las piernas de ella, una suave caricia que avanzaba hasta que se detuvo en la curva de la cintura y con fuerza la atrajo hacia él, aún un poco más. Puso sus labios sobre la mejilla de ella, justo sobre la única lágrima que se reveló y que caía en cámara lenta, aunque aquello le encantó, ella con un brusco movimiento, debido a lo molesta que estaba porque el tiempo era tirano y cruel, se dio vuelta, dándole la espalda a este misterioso hombre que seguro todo lo había experimentado y ya nada podía sorprenderlo.
Las manos de él seguían en la cintura de ella. Se oyó un ruido:
- José, se me cayeron las llaves… ¿Señorita…? ¿Sería tan amable…?
Ella no respondió y con una sonrisa cómplice que solo la oscuridad pudo ver, se inclinó para recoger las llaves de la simpática anciana. Lo hizo con lentitud, empujando a su presa aún más contra el rincón. Tomó las llaves, pero las deja caer, y otra vez hizo un movimiento insinuante, de arriba hacia abajo, para despedirse de todo el cuerpo de un extraño que de alguna manera fue suyo por diez minutos.
Entregó las llaves a la anciana y no volvió a la posición inicial, no se incorporó, despaciosamente giró, casi arrodillada permaneció, y desde ahí empezó a subir, como si trepara por el cuerpo de él como un gato desafiando al amo. Se detuvo en la abertura que la llevaba otra vez al abdomen que sus manos, pero que no su boca, habían disfrutado. No podía despegarse de él, de esa piel, y solo un minuto restaba, quiso llevarse un recuerdo más fresco y lamió y besó aquella zona virgen, al menos para sus labios y sintió que el abdomen de él vibró... "Demasiado exquisito", pensó. Se incorporó, le dio un último húmedo beso y se dio cuenta de que le costaba mucho dejarlo en libertad, esos labios seguro que eran de otra u otras, de muchas en realidad, pero en ese momento eran solo de ella… y pensando eso lo besó aún más fuerte, un tanto salvaje, mientras que con sus manos lo tomaba por el cuello.

La luz regresó…

- Era hora. Voy a quejarme con el administrador- dijo la viejecilla.

Los protagonistas se miraron de reojo, y uno al lado del otro, esperaron que la puerta se abriera. Mientras, ella pasó la mano por sus labios y se dio cuenta que no quedaban rastros del labial que tenía, pero aún llevaba el encanto que él le produjo, y una leve y sagaz sonrisa su boca dio a conocer. Él, con los labios y el cuello aún colorado, como si alguna criatura vampirezca hubiera delimitado territorio con su boca, solo suspiró, y fue el último en salir del ascensor.
Se retiraron, pero cada uno tomó un camino diferente, ella no volteó para verlo, su mirada cambió, había logrado la primer parte el plan.
Cuando el hombre salió del elevador la vio alejarse, el cabello se movía al ritmo de sus pasos, y la contempló hasta que desapareció de su vista.


Fin de la escena



Todo sucede a la noche...

A veces de noche, enciendo la luz para no ver mi propia oscuridad.
Antonio Porchia


Músicos, cantantes, bailarines y pintores, grandes artistas con capacidades diferentes que expresan y comunican su mirada del mundo. Esa es la propuesta de la película Mundo Alas, dirigida por León Gieco. Un show sin golpes bajos, de buen gusto y que se revela sincero al momento de mostrar los sueños sin límites de quienes apuestan por la integración.

León Giego trae “Mundo Alas”, una película que rompe con los prejuicios que tiene la sociedad con temas referidos a la discapacidad. El film es una “road movie” que narra la gira de un grupo de jóvenes artistas lanzados a mostrar su arte en diversas expresiones, como la música, la pintura y la danza. El talento y la experiencia de León, como lo llaman quienes lo admiran y quieren, deja su impronta en el film que contó además con la codirección de Sebastián Schindel y Fernando Molnar.
A lo largo de la película van conociéndose las historias de vida de cada protagonista y su evolución artística: los shows, los ensayos, la ruta y los hoteles son los escenarios de anécdotas de los nuevos sueños que se generan en cada uno de ellos a partir de la gira: lograr un disco, tocar con grandes bandas, escribir un libro o bailar en escenarios internacionales; aunque también para algunos de ellos significará un vuelco rotundo y anhelado a nivel personal y afectivo.
Mundo Alas implicó para los artistas no sólo recorrer las principales ciudades del país, sino también el compartir, el conocerse, el entenderse y volver a tener sueños y esperanzas. El corolario de la gira fue la gran presentación a fines de 2008 en el estadio Luna Park, momento en el que se estrenó la banda sonora, “Cabalgando en las profundidades”, música compuesta por Alejandro Davio con letra de Gieco.
Mundo Alas aún no alcanzó su techo. El proyecto que tiene como eje central la película, también incluye el disco editado por EMI, el libro "Cuento con Alas" de las musicoterapeutas Patricia Knopf y Silvina Mansilla, y un libro de fotos de la gira recientemente editado. Además, se prevé la emisión de la serie de televisión "Una gira diferente" por el canal Encuentro.

CANTAR, BAILAR, VIVIR…

Una de las protagonistas de la película es Carina Spina, periodista y cantante. Tiene 40 años y es ciega. “En la película canto –explica-. Desde que tengo uso de razón me gusta la música, siempre cantaba con mi padre tango. Luego, con el cambio de voz, pensé que no iba a seguir, pero cuando León escuchó un tema que grabé en un casete me dijo que me dedicara a la música, que no lo dudara”.
Carina vive en Fighiera, un pueblo a 35 kilómetros de la ciudad de Rosario, y además de contar la maravillosa experiencia que vivió en Mundo Alas, relata su perspectiva sobre la sociedad: “Aún hay mucha desinformación sobre la discapacidad. Las personas que se me acercan son buenas, pero por falta de información, desconfían. Y eso hace que no pueda conseguir un trabajo”. Situación que se repite, según ella, cuando trata de buscar amistades o, incluso, una relación de pareja.
La historia de Carina es al menos particular. Alcanzó a ver el mundo con sus ojos, pero con el tiempo su vista empeoró. A los 9 años le realizaron un trasplante de cornea que la llevó a mejorar, pero su vista progresivamente volvió a deteriorarse hasta que a los 18 quedó ciega por completo. “Hoy en día no veo el sol, pero lo siento en la cara; aprendí a vivir de otra manera. La música es mi vida y la gira reaviva la llama que siento por cantar”.
Otro de los artistas que protagonizan la película es Demián Frontera. Tiene 35 años y posee una discapacidad motriz que le impide mover el cuerpo del pecho para abajo. A los 14 años practicaba gimnasia deportiva y cayó de cabeza sobre una cama elástica, circunstancia que lo dejó en una silla de ruedas. Sin embargo, no dejó de entrenarse ni de mostrar su arte a través de la danza.
“La idea de Mundo Alas surgió de un casting que hizo la vida”, reflexiona Demián, y asegura que lo vivido en el film fue “una experiencia mágica”. Desde que hace ocho años conoció a León, está cerca del cantante. “León nos decía: ´Vos cantás, vení… vos bailás, vení´, y así empezamos a unirnos”, revive Damián, que baila tango y música contemporánea y tiene un conjunto llamado “Grupo Alma”.
“León dijo que Mundo Alas es un mundo espiritual para él. Y creo que es así –acota Damián-. En el elenco se generó buena onda, no hubo envidia ni celos como suele suceder en otros lugares con artistas. La gira duró 10 días y realmente fue mágico. Incluso yo encontré el amor y me casé con Soledad, una chica de la producción. Quiero aclarar que todos dicen “capacidades especiales”, pero creo que eso pretende minimizar la realidad. Somos personas, somos artistas”.

EL MUNDO A LOS PIES
Antonella Semaan forma parte de la fundación “Pintores sin manos”, y con apenas 18 años ha logrado el éxito con sus pinturas no sólo en la Argentina sino también en el exterior. Nació sin manos por un problema congénito, y aprendió a usar sus pies para pintar, y para todo. “Me encanta pintar, la idea de la película fue maravillosa porque pude mostrar cómo lo hago –apunta-. En realidad, todos tienen una idea sobre los pintores sin manos, pero nadie sabe como es en verdad nuestro mundo. Algunos sólo conocen los calendarios y tarjetas que hacemos. Yo me maquillo, como, me lavo los dientes y hasta me pongo los lentes de contacto con los dedos de los pies”.
Antonella dice que ha vivido situaciones difíciles por su condición, pero asegura: “No dejo que eso me afecte. Siempre hay personas crueles, pero gracias a Dios no se dio muchas veces. Me gustaría que haya más integración, desde el jardín de infantes debería darse, para saber que uno también es una persona”.
Todos los que participaron en la película coinciden en les abre oportunidades, muestra la otra realidad de las personas con discapacidad y los aparta de ese lugar de lástima e invisibilidad que muchas veces la sociedad reserva para quienes son distintos. “No me trates como a un discapacitado, sino como a un músico”, le dijo Pancho Chévez a León cuando lo conoció.
Pancho nació sin piernas ni brazos. Canta y toca la armónica, y fue el generador de la idea Mundo Alas. Cuando el presidente del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales lo vio actuar, lo convocó para proponerle la idea de una película.
Beto, gran amigo de Pancho, es sus piernas y sus ojos. Por eso el músico le dedicó el tema “Canción para Beto”, que eriza la piel y conmueve: "Veo en sus ojos los míos. Siento sus piernas en mis pies. Me entiende cuando lo miro y sé muy bien qué va a hacer. Siempre empujando mi vida, gracias Beto por nacer", canta Pancho.
Otro de los que formaron parte de Mundo Alas es Alejandro Davio. Tiene 30 años, sufre de hidrocefalia y canta en la película y en la vida. “Me sentí muy bien, León nos trata de igual a igual. Se que somos un país joven con respecto al tema de la discapacidad. A la sociedad argentina todavía le cuesta integrar. Veo que no hay rampas en varios lugares ni semáforos para ciegos, por ejemplo”, dice Alejandro.

GENTE COMO CUALQUIERA.

Carlos Melo nació con parálisis cerebral. Es periodista y tiene un programa de radio donde transmite todos los shows de la gira “Mundo Alas”. “Soy un privilegiado de que León me haya convocado para la película –remarca-. Con el nos conocimos años atrás, cuando le hice un reportaje para la radio, en FM La Boca”.
Carlos destaca la recepción que la película tiene en la gente. “Eso es porque está bien hecha y hace hincapié en el arte y no en la discapacidad”, sostiene. Para él, el film “despertó una suerte de ventana en las personas y les hizo ver que las personas con discapacidad tenemos virtudes”.
Según el periodista, el hecho de haber compartido el proyecto “Mundo Alas”, hoy plasmado en el libro, la película y el disco, fue la oportunidad de “convivir con otras personas con discapacidad, situación que contribuyó a salir de esa suerte de gueto en la que muchas veces caen quienes padecen una limitación física o mental”.
“Cada uno de nosotros tiene una vida con problemas cotidianos como todo el mundo. A eso hay que agregarle las barreras sociales y arquitectónicas y el hecho de que mucha gente ve a la persona discapacitada como capacitada para nada”, señala Carlos.
Es que, lejos de mostrar personas con limitaciones que producen hechos artísticos, desde el comienzo del film el espectador se encuentra con artistas, en el sentido más cabal del término; con limitaciones, sí, pero fundamentalmente personas que brindan un espectáculo artístico de alta calidad, hermoso y sensible.
“El común de la gente no se da cuenta de que somos como cualquiera. Personas, algunas buenas, otras malas. En general hay estereotipos que llevan a pensar que somos todos ángeles. No es así, somos individuos con cosas buenas y malas, que trabajan, sienten, sufren. En el film se nos muestra tal cual somos, es nuestra vida, con todo lo que esta implica”, concluye Carlos.
La gira continúa, ellos siguen creciendo día a día, y hacen que los espectadores piensen y vean a sus alrededores cuando caminan por la calle. En un film único en su estilo que apuesta por la inclusión social y el respeto por la diversidad. Es una maravillosa experiencia musical sobre la superación y el amor, reconoce a las personas por sus capacidades y no por las discapacidades que en realidad todas las personas tienen en mayor o menor medida. Muestra un mundo en donde el horizonte de posibilidades se acerca un poco más a la realidad. Donde levantar vuelo no es sólo para los pájaros, sino para todos aquellos a quienes se les de una oportunidad.




Carina Spina (voz)
Periodista y cantante. Tiene editado un disco y escribe cuentos para chicos. Conoció a León Gieco al entrevistarlo para un programa de radio, y al tiempo él la invitó a participar de sus shows. Perdió la vista en la adolescencia.
Francisco “Pancho” Chévez (composición, armónica y voz)
Cantante y armoniquista, con su banda está grabando el tercer disco. Tocó con Los Piojos, Bersuit y Las Pelotas. Es amigo de León Gieco desde hace más de 15 años. Vive en el Hogar San Roque de Capitán Bermúdez, Santa Fe, desde que fue abandonado a las pocas semanas de vida. Nació sin extremidades superiores ni inferiores.
Alejandro Davio (composición, guitarra y voz)
Editó el disco Guardianes del Océano, y está preparando su segunda placa. Nació con hidrocefalia congénita, y fue sometido a 17 operaciones en el Hospital Garrahan. Durante sus internaciones, participó primero como alumno y luego como profesor en los talleres de musicoterapia. Allí conoció a León Greco, y desde entonces suelen componer en conjunto.
Beto Zacarías (manager)
Tiene 30 años y es el asistente personal de Pancho Chévez: lo ayuda a moverse y lo acompaña asiste durante los shows. Sufrió de desnutrición infantil, lo que lo dejó con secuelas a nivel cerebral y corporal.
Demián Ariel Frontera (bailarín)
Es integrante del Grupo ALMA, que promueve el Proyecto de Danza Integradora junto a sus compañeras Sandra González Neri y María Laura Vicenti. En su repertorio incluyen tango y danza contemporánea. A los 14 años, mientras entrenaba en gimnasia deportiva, sufrió un accidente que lo dejó confinado a una silla de ruedas. Luego de años de rehabilitación, volvió al deporte y llegó a representar a la Argentina en natación.
Maxi Lemos (voz)
Tiene 20 años y vive en San Luis. Editó un disco llamado Construyendo el canto. León Gieco lo invita a participar de sus shows cada vez que se presenta en esa ciudad. Nació con secuelas de parálisis cerebral.
Compañía de Tango Danza AMAR
Está compuesta por cinco bailarines: Karina Amado, Nidia Scalzo, Lucrecia Pereyra Mazzara, Javier Trunso y Eduardo Spasaro. Nació dentro de la Asociación AMAR en 2003, como una forma generar una experiencia artística a través del baile que les permitiera a un grupo de jóvenes con síndrome de Down y con otras discapacidades intelectuales; contar con un espacio de pertenencia. Han compartido escenario con artistas como Juan Carlos Copes, Raúl Lavie, Rodolfo Mederos y Darío Volonté.
Carlos Sosa (pintura)
Vive en el barrio de la Boca junto a sus dos hijos, pinta y trabaja en caminito donde vende sus obras. Pertenece a la Asociación Pintores sin Manos y a la Asociación de Artistas Plásticos de Caminito. Tiene tetraplejia espástica,
Rosita Boquete (video)
Es la agente de prensa de Pancho Chévez y al mismo tiempo registra en foto y video todas sus presentaciones. Estudió diseño y comunicación. Junto con Pancho, fue unos de los primeros bebés en llegar al Hogar San Roque. Nació sin manos y sin mandíbula.
Antonella Semaán (pintura)
Tiene 18 años, acaba de terminar el secundario y se dispone a empezar sus estudios terciarios. Pertenece a la Asociación Pintores sin manos.
Carlos Melo (periodista)
Es especialista en temas relacionados con la discapacidad y la integración. Tiene un programa de radio con exclusividad para transmitir los shows de la gira Mundo Alas. Nació con parálisis cerebral.
Raúl Romero (presentador)
Es el locutor y presentador oficial de los shows de Mundo Alas. Hace 33 años que vive en el Cotolengo Don Orione, donde tiene varios programas de radio.



Entrevista a León Gieco.
Por Valeria Massimino.

¿Cómo surge la idea de Mundo Alas?

Todo surge a través de un casting que hizo la vida, y fue muy acertado. A nadie se le ocurrió hacer esto, la verdad quenunca. A los chicos que trabajaron en la película los conocía de la vida porque en varias oportunidades compartimos un escenario; y por eso se dio esta maravillosa idea. Yo no estaba preparado para trabajar con la discapacidad, nunca antes había hecho algo de esta magnitud. Fueron coincidencias que se dieron para que esto se hiciera y una vez que lo tenés, lo empezás a rodar y valió la pena.
Recuerdo cuando estuvimos mostrando el espectáculo en Canal 7 en el año 2007, fue una conmoción y fue visto por muchas personas. A su vez, Jorge Álvarez (ex director del INCAA) nos vio en Casa de Gobierno cuando tocamos con la banda y dijo “tenemos que hacer algo con estos chicos”.
Y bueno, salimos a hacer la gira. Pasaron cosas hermosas durante el rodaje. Las historias que se cuentan durante el film son reales, hasta hubo un casamiento, que fue entre Demíán, que está en silla de ruedas, con una chica convencional y eso también muestra que la integración es posible. Mundo Alas no es solo esta película, sino que son presentaciones en diversas provincias del interior del país, y ya es un disco.

¿Qué sensaciones tuviste durante el rodaje de la película?

Me produjo cosas interesantes, y creo que los espectadores también sintieron cosas fuertes. La gente sale llorando. Por ejemplo se preguntan cómo este chico puede ser tan feliz en una silla de ruedas, pero también tiene momentos de humor. Uno siente que es discapacitado, no todos pueden pintar o componer música o incluso bailar tango.
Me di cuenta de que cuando actué con todos los artistas de Mundo Alas, por primera vez en la Casa de Gobierno, era mucho más fácil para mí tocar con ellos que con mi banda, que está super ensayada. Con Pancho, que no tiene piernas ni brazos y toca la armónica; con Ale Davio, que compone y canta; con Maxi Lemos y Carina Spina, ambos cantantes y con Demián Frontera que baila en su silla de ruedas. Cada vez que vamos a tocar juntos los llamo y les digo qué vamos a hacer y punto; y si bailan tango los chicos de Amar, que son pibes con síndrome down, hacemos un tango. Todo se ensambla naturalmente, sin hacer esfuerzo y yo soy uno más. Para mi la importancia de Mundo Alas es que es un evento dentro de mi carrera en el cual aprendí muchísimas cosas. Incluso a ser uno más. Ahora soy secundario en un show, no es que todos van a ver a León Gieco como solista. Quieren ver a los chicos.

¿Por qué decís que Mundo Alas es un mundo espiritual?

Es un mundo espiritual porque se siente una vibración diferente. Los chicos discapacitados tienen su mundo espiritual más abierto que nosotros, y muestran cosas increíbles. Yo hallé ese mundo, otros lo hacen con el yoga por ejemplo. Soy hiperquinético, y con la gira encontré espiritualidad en movimiento, que son mis momentos de libertad. Sumado al cariño de la gente que es algo importantísimo en mi vida. Mundo Alas es algo que no puede explicarse, por eso hablo de un mundo espiritual.

¿Qué cosas del cine te llamaron la atención?

Antonella tiene magia, ella pinta retratos y se pone las lentes de contacto con los pies con la misma agilidad con la que se peina y se maquilla sin manos. O la de Demián, que baila y hace acrobacias a pesar de haber quedado en silla de ruedas. Parece magia para los que piensan que una limitación física puede llevar a la marginación. Para otros es simplemente desarrollar otras capacidades igualmente propias del ser humano. Como decía Frida Kahlo: "Pies, para qué os quiero, si tengo alas para volar".

Los sonidos del silencio son importante en la vida de un artista, y lo viviste en Mundo Alas… ¿Cuáles son esos silencios?

Hubo silencios en las canciones. Silencios importantes que me tranquilizaban y me hacían bajar un cambio. Los silencios en esos momentos maravillosos que tiene Mundo Alas hacen producir mejor música. Vivimos un universo con puntos sensoriales intensos que muestran la esencia de la vida.

¿Por qué creés que algunas personas no quieren ver la película?

Creo que las personas tal vez no quieren verla porque suponen que habla de la discapacidad en la argentina, y que hago un documental sobre la falta de rampas, pero apunto a otras cosas totalmente diferentes.

¿Crees que hay desinformación en la argentina con respecto al tema discapacidad? ¿Qué percibís?

Noté que algunos padres tienen vergüenza de mostrar a sus hijos discapacitados, como si fueran una planta, pero pueden hacer cosas y eso muestra la película. Una vez tocamos con Teresa Parodi y el show estaba acondicionado para chicos con discapacidad, pero los padres no los llevaron.

¿Cuál es el mensaje que trasmite la película?

La conclusión final es que uno ve el trabajo de los artistas, no la discapacidad. Y a mi me gusta estar en un escenario con gente que quiere estar ahí. El arte es siempre importante en la vida de una persona con o sin discapacidad, porque no olvidemos que todos tenemos alguna. El arte se potencia en algunas personas y logra cosas increíbles. Hay una continua demostración de que las dificultades se superan cuando hay pasión y creatividad.

¿Pensás que va a tener más repercusiones Mundo Alas?

Mundo Alas es atemporal, es un trabajo que dentro de veinte años va a tener la misma importancia que hoy. Estoy seguro que en el exterior más que acá. Ya hay un pedido para llevarla a Madrid, Montreal, México y Ecuador.
El éxito es haberlo hecho y esto se verá con los años en colegios primarios y secundarios, y hasta en universidades.


"Maestro, quisiera saber cómo viven los peces en el mar. Como los hombres en la tierra: los grandes se comen a los pequeños"

William Shakespeare

"Desde la cima, vi a todos como realmente son, cuando llegué tan lejos, solo allí pude ver la verdad... Cómo siempre me rodearon los cerdos, es tan triste, pero debo relatarlo... Así sabrás cuando huir, simples mortales...
Los cerdos veían mis ganancias, la luz... tantas cosas y por eso se acercaban con sus habanos encendidos a mi lado... Me rodeaban, me olfateaban... trataban de analizar porqué yo era bella (por dentro superficiales mortales!) porqué mis defectos no eran tan importantes...
Los cerdos, los parásitos, los cuervos y otras alimañas adulaban a las monedas de oro más que a mí. También vi cerdos que sólo me criticaban y decían que yo no debía haber llegado a la cima, eran cerdos envidiosos que solo se dedicaban a subestimar mi gran trabajo, mi simple trabajo, el trabajo que deberíamos hacer todos!

Los lacayos decidieron ser eso, así que no me dan lástima, que sigan deambulando detrás de los obesos traseros de los cerdos... ¡No puedo salvarlos a todos!
No confundan a los lacayos con los trepadores. Siempre van a existir humanos que se arrastren y hagan cualquier cosa para llegar al objetivo ¿Quién es más imbécil? ¿El que se rebaja o los que alimentan a esos negros?

Un bufón quería negociar conmigo para cambiar de traje, estaba aburrido de hacer ese trabajo: hacer reír a los cerdos las veinticuatro horas del día, que en el circo eran treinta y tres horas.
No era bufón por amor, lo obligaron, por eso era infelíz.

¿Por qué debo salvar a los lacayos y a los bufones y payasos?

¿Vamos a dejar que nos pasen por arriba?

¿Sáben dónde pueden meterse los habanos Cohiba?

Desde la cima los vi a todos como realmente son, algunos caen como moscas luego de cometer errores, al menos se dan cuenta, pero otros se desesperan por el estiércol, por su olor en especial... y por vivir en el chiquero... Aman lamer traseros, son felices haciendo eso. Y luego no los engañan a estos malditos cerdos, o sea, que es por verdadero placer que desean vivir entre las aguas pantanosas que los rodean...

Desde la cima, que tanto merezco, vi la verdad, no volé para llegar, lo hice porque tenía que llegar sola y yo era la indicada para estar allí. Llegué sin rebajarme, sin arrodillarme, sin abrir mi boca, sin pedir permiso, sin contactos, sin mentiras, sin ataduras, con miedos, con lágrimas, con dolor, con una sonrisa... No asesiné a los cerdos para estar tan arriba, tan solo eliminé al estorbo de manera correcta. Los cerdos que llegaron a la cima no pueden hacerlo caminando, se quedan sin aire, no por problemas, sino porque no fueron creados para llegar tan arriba, y los que llegaron las pagarán. Por eso me rodean, ven mis alas, mi brillo, la luz, quieren empujarme al vacío, quieren que todo me salga mal, me miran fijo, quieren mi final, desean mi aura, mi perfume, mi piel, mis risas verdaderas, mi simpleza, mi todo… Se desesperan por la luz. Son falsos, pero yo puedo ser peor que ellos, porque ellos buscan el brillo de las monedas de oro, yo no..."

Y USTEDES... ¿SON CERDOS?


Hoy, en este día de lluvia, salieron los pensamientos más extraños y melancólicos a asesinar a alguien...

Hoy, la lluvia que cae con intensidad no es para bien de nadie. No es siquiera musa inspiradora de algún poeta.

Hoy, la lluvia, es enemiga de la naturaleza, y amiga de las almas perdidas dispuestas a destruirlo todo.

Hoy, la lluvia, no es pasión desenfrenada de amantes, sino que es instrumento de asesinos. Cada gota quedará marcada en una mente perturbada con un único objetivo: desconcertarla, hasta llegar al suicidio.

Las gotas de agua resonarán en nuestros oídos y se multiplicará el ruido con una intensidad que nos hará llorar y habrá más agua… y será posible ahogarse en un mar de lágrimas y de esta extraña lluvia que hoy cae desde el infinito cielo…

Hoy, el peculiar sonido de las gotas ya no tan cristalinas, hará que tapemos nuestros ojos y oídos para que no nos contamine…

¿O acaso deseo que me contamine?

Antes, amaba el agua de la lluvia, recorría mi cuerpo, y cada gota tocaba mi suave epidermis, y yo agradecía esa caricia a los ya no tan pacíficos cielos... pero...

Hoy, la lluvia, traiciona.

¿Ha cambiado la lluvia? O ¿Cambiaron los seres monstruosos que se crearon bajo el infinito cielo?



Hoy, la lluvia, me atrae, me tienta... me envenena, me convierte en otra.

Hoy, la lluvia, es tragedia.






...APARECEN EN TU VIDA... Y CAMBIAN ALGUNOS DE TUS PENSAMIENTOS...

Conocido por su personal manera personal de abordar la psicología y los temas sociales, Alfredo Moffatt sigue en la lucha y trata de reparar a la sociedad. Creador de un esquema operatorio para terapia de crisis, desde hace 27 mantiene en pie dos de sus creaciones: “El Bancadero” y “Las Ollitas”, lugares que fundó para ayudar a la población marginada que transita por las calles. Una mirada diferente pero real, que desea contagiar con su espíritu solidario.

Los 75 años del psicólogo social Alfredo Moffatt sólo se revelan por su barba blanca de un largo prudencial, otrora más tupida, más de hombre silvestre, tal cual se revela en su andar por la vida, sin ataduras, sin fronteras, desafiando lo establecido y buscando recrear lo que está mal para él y para los demás.

Luego de una breve espera y de la advertencia sonora de un reloj que marca las cuatro de la tarde, Alfredo Moffatt, “un Dostoievski criollo” como se autodefine, invita a esta cronista y al fotógrafo a pasar a la cocina donde aún se perciben los aromas de un almuerzo tardío. “Acá somos así”, dice en alusión a la demorada comida. “¿Qué hay de postre?, pregunta al poco tiempo. Ante la respuesta negativa de una mujer, se resigna, y nos invita a pasar a su oficina.

La casa es antigua, tiene dos pisos, ahí vive y además da clases hace más de 15 años. Tiene fotografías por todas las paredes, y cada imagen es un increíble recuerdo: La India, New York, Francia, Brasil, Londres, donde se ve a un Moffatt sumamente joven y siempre comprometido con la sociedad que existe, pero que no todos se detienen a ver. También hay libros en cada rincón del cuarto, y se suma a la entrevista un simpático perro, que dice que encontró en la calle.

Alfredo Moffatt decidió desde su juventud de qué lado de la vida quería estar: “Los que más sufren, también son los que están más aptos para comprender los grandes sentimientos de la vida; si yo no tengo un proyecto de destino, si no sé adónde voy, desde el punto de vista existencial, no sé quién soy”, advierte en una frase que parece ser la brújula que lo guía.

Alfredo ríe antes de que se encienda el grabador y por momentos se asemeja al inventor de la risoterapia y responsable de la inclusión de ésta terapia curativa basada en la alegría en la medicina moderna, Patch Adams. Moffat renueva con cada palabra, con cada gesto sus ganas de seguir en la lucha para cambiar cosas y demostrar que hay otras terapias posibles, reales y cercanas a los que sufren.

Cuando se enciende el grabador se acomoda en su silla y enciende él también el suyo: “Yo también voy a grabar, quizás de esto me surjan nuevas ideas”.



¿Quién es Alfredo Moffatt?

Hay varias suposiciones, muchas teorías dicen que es un arquitecto, pero esa es falsa (se ríe), hay otra que cuenta que es una especie de líder revolucionario de la psicoterapia de los pobres, y una más que es el “Moncho Cardozo”, el nombre que utiliza cuando va a matonear en los bajos fondos. Y varias más…

Creo que me especialicé en esquizofrenia porque hay muchos adentro mío, pero nos llevamos muy bien, y somos amigos.



¿Por qué dejó de ejercer la arquitectura?

Porque era hacerles la casa a los ricos, y además son aburridos. Los marginales, los locos y pobres son más divertidos. Empecé ir al manicomio porque me interesaba poética y estéticamente. En la facultad de arquitectura llegué a ser profesor de Historia del Arte.



¿Cómo surge la idea de analizar la mente humana?

En realidad no se analiza, hablo de reparar a la persona. Desarrollé técnicas de reparación. Se reparan historias, vidas y la identidad. Desde chico quería ser médico o detective, para entender.

En otros países existen estas terapias de reparación que menciono, pero en Argentina los profesionales se manejan con características depresivas a la hora de hacer terapia.

Yo hago ejercicio legal de varias profesiones, pero no estudié en la facultad. Fui terapeuta, psicólogo clínico y psiquiatra. Empecé medicina, pero dejé y tuve que inventar una técnica terapéutica.



¿No encontró lo necesario en la enseñanza que brindaba la Universidad?

Lo que se enseñaba en la Universidad es ineficiente. Ejemplo, la Facultad de Psicología, se especializa en algo cada vez más abstracto, más sofisticado, de palabras difíciles e inútiles. Está emparentado con la masturbación, porque no cura, no es fecundo.

El psiquiatra reprime, ahora elegantemente, antes no, y en la actualidad lo hace con psicofármacos. Está bien recetarlos si sólo baja un poco el nivel de angustia para instalar la psicoterapia, que es verbal. El hombre es hombre porque habla, no es un conjunto de químicos. Si se descubre una pastilla que te dice cuál es el sentido de la vida, ¿estaría bien? y si se muere tu mamá, ¿la tomás y listo? ¿No hay más problema?… El psicofármaco no cura, tan sólo impide la expresión de la angustia que produce en el síntoma.

Otro ejemplo es la ritalina, es una barbaridad, quieren darles ese fármaco a los chicos porque son inquietos, la palabra es lo que nos hace humanos. Hay que preguntarle al chico porqué está inquieto; hoy ganó la línea farmacológica porque es más fácil medicar.

Desde hace tiempo el psicópata va al poder, no al hospicio. Al hospicio va el pobre, el delirante. Y eso que en nuestro país hay más psicoanalistas que en otras partes del mundo. El psicólogo da análisis interminables con lo cual nunca da de alta a la persona.

Recuerdo cuando el colegio de psicólogos de la provincia de Buenos Aires me hizo juicio penal por ejercicio ilegal de la psicología. Porque yo no quería estudiar lo que daban en la facultad, y por eso inventé una técnica. Pasaron muchos años de eso. Ahora doy clases en la Universidad de Buenos Aires, una cátedra para alumnos y profesionales todos los miércoles.



¿Cuáles son los pasos que se aplican para una terapia de crisis según el esquema operativo que creó?

El primer paso es la contención, consiste en conectarse con la otra persona. No sólo estar cerca, estamos conectados psicológicamente con la otra persona: podemos estar cerca y no estar conectados o podemos estar lejos, y conectados. Esto tiene que ver con la presencia que le ofrecemos al otro, y que está expresada en una mirada y una actitud de escucha que el operador debe conseguir.

El segundo paso es la regresión, que se da cuando la persona, al sentirse contenida, puede abrir su interioridad y puede enfrentar los fantasmas internos. No podemos entrar a esta etapa sin haber pasado antes por la contención. Cuando nos metemos adentro, estamos yendo hacia atrás; y cuando más adentro nos metemos, cuando más profundo vamos, más antiguos son los recuerdos.

El tercer paso es la explicación, significa organizar el Proyecto de Vida. Al regresar, se encuentra la situación traumática y al sacarla a la luz, ponerla en palabras, se organiza la imagen confusa. Si al tener una pesadilla y despertamos angustiados, lo contamos a otro, se baja el nivel de angustia.

Ejemplo; una nena abusada está confundida porque el abuso es nocturno, en una zona muy íntima y además muchas veces la madre es cómplice del abusador y le puede decir: “Vos lo provocaste”, y la nena queda culpable o “Vos lo imaginaste, no es así”, y la nena queda confundida. Entonces ella vivió una cosa y la madre le dice que es otra y entra en estado confusional, por eso es importante que relate en hecho y quién lo escucha puede ponerle en palabras lo que ella sufre, así organiza esa confusión.

Y el cuarto paso es el cambio, ¿cómo lo hacemos? El paciente ya eligió el sentido de su vida y construyó su proyecto. Entonces hay que comenzar a realizarlo y efectuar ese cambio, que es salir de la paralización que genera toda perturbación psicológica.



¿Cuál sería un ejemplo de la terapia de crisis?

La noche que sucedió la tragedia de Cromañón, yo estuve con mi equipo para contener a los padres, en el momento en que tenían que identificar el cadáver de su hijo tendido en la calle. Los padres hacían episodios sicóticos, y había que trabajar con técnicas de psicodrama de emergencia para que el padre no se desarmara del todo. Es un abrazo que se llama “maternaje”, es una técnica bioenergética.

Con mi equipo, preparamos técnicas y demostramos que funcionan. Cuando se pueda hacer a nivel masivo, vamos a implementarlo. Pero antes tenemos que curar a la sociedad. El peor mal es la injusticia social. No puede ser que tantas personas vivan en la pobreza extrema.





En los ’70 empezó a trabajar en el Borda...

Sí. Con veinte pacientes sicóticos organicé una empresa constructora, con la cual hice la plaza que hay en el Borda y pequeñas piecitas, en una de las cuales está actualmente “La Colifata”, y soy el abuelo de ellos. Fue en 1967. Del hospicio me interesaba ese mundo fantasmal, de Dostoievski criollo, como es el fondo del Borda. Mi opción por los pobres y los locos es mi opción por mí, porque me aburre la gente normal. Soy un psicólogo social que optó por los pobres y los locos desde hace muchos años porque me parecen personas mucho más ricas existencialmente. Incluso estuve en un manicomio en Brooklin.

En el Borda los sábados tenemos un espacio de vida, entre los miembros del equipo y los internados. Estamos juntos, no hay distancia, la distancia no existe. Ahora han sacado muchos internados porque quieren vender el lugar.

Peleamos contra la propuesta de la psiquiatría organicista y medical, que encierra sin posibilidad de trabajo. La vida está armada por el trabajo y la familia que son esenciales.



¿La figura de Enrique Pichon Rivière fue inspiradora?

Pude trabajar diez años con él y luego Pichón murió, adquirí muchas cosas de él. Me llamaba su hijo putativo.



¿Que fue el Bancadero? ¿Sigue funcionado?

Hace 27 años creamos con mi equipo la institución de Salud Mental “El Bancadero”, que se hizo sin dinero y sin pedirle permiso al sistema; ya atendió solidariamente a 40 mil pacientes, utilizando la terapia que enseño. Hoy en día sigue en la calle Carlos Gardel 3185, 2º F, Capital Federal, ahí se atienden a todas las personas. El costo no es mayor a los 15 pesos, y se usan para mantener el lugar.

Yo sigo enseñando a docentes primeros auxilios psicológicos para que trabajen con los chicos que están muy alterados. También entreno a chicos de Brasil, Colombia, Ecuador y Chile.



Años después del “Bancadero” llegaron “Las Ollitas”…

Hace casi diez años tenemos “Las Ollitas”. Está más lejos del manicomio y más cerca de la pobreza. Las Ollitas son más o menos 200 chiquitos que alimentamos con autogestión de los padres y de las madres en tres villas de La Matanza. Yo hablo esquizofrenés, que lo usé en Estados Unidos, es un lenguaje de gestos y actitudes del cuerpo. Y hablo el villarés, que es el idioma de la villa. Armamos una organización de mucha solidaridad. Las madres hacen una organización sin corrupción, fideo que entra a las Ollitas, va a la panza de un pibe, no se pierde nada. Son tres Ollitas y se multiplicaron. Se demuestra que es posible, que en el lugar de la muerte se puede generar la vida con la misma gente.

Como digo siempre lo hicimos sin plata y sin permiso, pero siempre aparece la comida.

No hay costos porque el lugar lo hicimos nosotros y cocinan las madres, todo se hace a la criolla. Los sábados se atiende a todos los chicos del barrio.

También tenemos “Las Ollitas Cartoneras”, nos situamos en algún punto específico un día y repartimos alimento. Todos ayudamos, trabajamos con la gente. Hay que enseñarles a pescar no darles el pescado, así aprenden.



¿Cómo ve a la sociedad argentina comparándola con otras sociedades del mundo?

La sociedad entera está en grave crisis, está enferma. La realidad es el trabajo, soy lo que hago, si no, no soy.

Todas las instituciones también están en crisis. A veces los policías son más peligrosos que los ladrones. El fútbol es más agresivo que nunca. Hay violencia y las escuelas están enfermas. Hay una desestructuración por la desocupación, eso destruye a una familia. Sumado a la droga y el paco que es de fácil acceso.

Hay un sistema capitalista salvaje. Antes la Argentina era otra cosa, había cultura solidaria; los psicólogos se morían de hambre, hablo de los `50 y los `60. En un momento vinieron los asesinos del proceso militar, después los ladrones que vendieron todo, y ahora vino la farándula. Asesinos, ladrones y farándula, en ese orden.

La historia nos enseña que alguna vez las cosas pueden cambiar, porque la historia también debe repararse. No nos extinguimos porque tenemos capacidades reparatorias. La Alemania nazi, es un ejemplo; ahora son ellos los campeones en los derechos humanos, de exterminar a los judíos a ser campeones…

Seguir creyendo en la revolución, en un cambio del sistema de producción, es necesario; inclusive más que antes. Esa revolución sería lograr una mayor justicia social con creatividad. Mientras haya injusticia va a haber jóvenes que van a inventar de nuevo la revolución. De todas maneras la solución de fondo, como siempre pasó en la historia, depende de un movimiento de masas inesperado e imparable que rescate un proyecto de país, de Patria. Esta búsqueda de una identidad argentina no es fácil porque implica un cambio de paradigmas.



¿Qué opina sobre la violencia que viven y generan los menores de edad ¿Cuál sería la solución?

Un chico que siempre estuvo tirado en una casa, y nuca hizo nada, es un humano crucificado, está muerto psicológicamente y ahora tenemos las consecuencias.

El 40 por ciento de la población argentina está en situación de marginación tal que no llega a construir un proyecto de vida, siente un vació existencial muy grande y es ahí cuando también aparece la prostitución, los robos y la violencia extrema.

Los chicos que se criaron salvajes son peligrosos y si bien habría solución, no es dentro de este sistema. Porque lo que se hace ahora es llevarlos presos a un reformatorio y salen peor, salen profesionales de la delincuencia.

Se tiene que cambiar el sistema. Hay que construir empleos, con amor y trabajo una persona se repara. Hay que mostrarle las realidades que existen para que vea que hay otro mundo que nunca conoció.



¿Y sobre quienes piden la pena de muerte?



La pena de muerte no sirve para nada. Eso no impide la violencia en el momento que sucede el acto. Los chicos peligrosos dicen “yo sigo hasta que me bajen, porque estoy jugado”… Hay personas que dicen “hay que matarlos a todos”, me pregunto… ¿qué se soluciona con eso?… ¿Quedamos la mitad? ¿Cómo matamos a un millón personas? (ironiza)



¿Cuál es la experiencia más impactante que vivió?

Conocer la India, ver la sociedad occidental, porque ves que no hay violencia. La pobreza no es con denigración. A New York fui en una época dónde estaba el movimiento Hippie, eso me interesó mucho. Yo siempre viajé para conocer, siempre fui curioso, inquieto. Hice el Amazonas a pie, estuve en Perú, en villas, manicomios, selvas, siempre rodeado de personas y viviendo experiencia distintas.


¿Cómo ve la televisión Argentina?

Es un cachivache, todo es parte de la crisis que atravesamos. Me gustaría estar en los medios, yo digo cosas que son fuertes, pero reales. A veces me llaman para opiniones y me gusta ir para poder expresar todo lo que sé. No hay arte… El arte se inventó para afrontar la vida, y enfrentar la muerte. Para explicar lo inexplicable. Cuando la ciencia no alcanza el arte te lo explica. Hace que el monstruo sea entendible y hasta hermoso. El arte en todas sus formas.


¿Por qué se quedó en la Argentina?

Es difícil emigrar. Todo tu “yo” está armado con todo su contexto. Me tienta Brasil. Pero por algo sigo acá.


¿Cree en Dios?

Creo en Jesús de Nazareth y en la Pacha Mama, yo hablo de un Jesús que estaba jodiendo con el amor. Si Jesús resucita ve a este Papa y se vuelve a morir. Le ruego a Dios que exista.


¿Algún mensaje para la sociedad que aún no se repara?

Vamos a salir, porque el futuro es de los jóvenes, porque son los que quedan, nosotros vamos a estar muertos. La historia nos enseña que hay caídas, pero nos levantamos. Hay tormentas, pero luego sale el sol. Los argentinos nos maltratamos muchos, pero vamos a cansarnos de eso alguna vez, hicimos cagadas muy grandes, y no nos extinguimos…




Valeria Carina Massimino.


BIOGRAFÍA:



Nació en el Hospital Rivadavia el 12 de enero de l934. Criado hasta los cuatro años por una familia materna alemana. Eran inmigrantes que llegaron a Comodoro Rivadavia a fines de la primera guerra mundial y comenzaron a luchar. Hijo único.

En el año 1968 publicó su primer libro “Estrategias para Sobrevivir en Buenos Aires”, que en su primer mes vendió 10.000 ejemplares.

En el año 1970, Ángel Fiasché lo lleva con él a trabajar en el manicomio de Nueva York (Brooklyn State Hospital). Cuando regresa de Estados Unidos hace la primera experiencia importante en un hospicio, la Peña Carlos Gardel, en el manicomio Borda. La Peña dio lugar a muchas otras experiencias comunitarias: los grupos de mateadas, el Psicodrama en forma de teatro popular, las cooperativas de trabajo, y además el libro Psicoterapia del Oprimido.

Desde lo académico universitario fue profesor adjunto en la Universidad de Arquitectura y Sociología, siempre en relación con ciencias humanas e Historia del Arte.

Durante la dictadura militar dejó de trabajar porque lo comunitario estaba perseguido, eran los “subversivos psiquiátricos”. En esos años trabajó en Brasil. Se tradujeron dos libros al portugués: “Psicoterapia del Oprimido”, que lleva ya ocho ediciones y “Terapia de Crisis”.

Cuando finalizó la dictadura militar organizó “El Bancadero”.

Entre 1984 y 1985 fue director del Asilo de Indigentes de la Ciudad de Buenos Aires. Ahí estuvo en contacto con 2 mil mendigos de la calle, y organizó una comunidad terapéutica adentro que entró en colisión con los reglamentos municipales. El resultado: lo echaron.

El viaje a Europa le sirvió para completar un video sobre marginalidad en la calle. Tomó registros en Londres, Berlín y París de los marginales, los desplazados, los viejos y mendigos tradicionales. Terminó su “curso de pobreza” en la India.

Se casó tres veces, tiene dos hijos y varios nietos. Y la historia aún no termina.

"Algún día en cualquier parte, en cualquier lugar indefectiblemente te encontrarás a ti mismo, y ésa, sólo ésa, puede ser la más feliz o la más amarga de tus horas" Pablo Neruda. Las libélulas te guiarán en tu recorrido...

Yo

Mi foto
---¿Por qué nos quedamos sentados frente al espejo mirando como todo se derrumba a nuestros alrededores UNA VEZ TERMINADO EL JUEGO, EL REY Y EL PEON, VUELVEN A LA MISMA CAJA.(Proverbio Italiano). Si no quieres perderte en el olvido tan pronto como estés muerto y corrompido, escribe cosas dignas de leerse, o haz cosas dignas de escribirse.(Benjamin Franklin)

View My Stats

Blogs

Blogalaxia
Este blog es parte de Buzzear (AR)
viajes paris y roma
la blogoteca
Powered By Blogger

Seguidores