Hoy, en este día de lluvia, salieron los pensamientos más extraños y melancólicos a asesinar a alguien...
Hoy, la lluvia que cae con intensidad no es para bien de nadie. No es siquiera musa inspiradora de algún poeta.
Hoy, la lluvia, es enemiga de la naturaleza, y amiga de las almas perdidas dispuestas a destruirlo todo.
Hoy, la lluvia, no es pasión desenfrenada de amantes, sino que es instrumento de asesinos. Cada gota quedará marcada en una mente perturbada con un único objetivo: desconcertarla, hasta llegar al suicidio.
Las gotas de agua resonarán en nuestros oídos y se multiplicará el ruido con una intensidad que nos hará llorar y habrá más agua… y será posible ahogarse en un mar de lágrimas y de esta extraña lluvia que hoy cae desde el infinito cielo…
Hoy, el peculiar sonido de las gotas ya no tan cristalinas, hará que tapemos nuestros ojos y oídos para que no nos contamine…
¿O acaso deseo que me contamine?
Antes, amaba el agua de la lluvia, recorría mi cuerpo, y cada gota tocaba mi suave epidermis, y yo agradecía esa caricia a los ya no tan pacíficos cielos... pero...
Hoy, la lluvia, traiciona.
¿Ha cambiado la lluvia? O ¿Cambiaron los seres monstruosos que se crearon bajo el infinito cielo?
Hoy, la lluvia, me atrae, me tienta... me envenena, me convierte en otra.
Hoy, la lluvia, es tragedia.
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